En la Argentina, al igual que en otros países “periféricos”, se da la coexistencia de un sector moderno, mono u oligopolio en convivencia con otro “tradicional” escasamente tecnificado y productivo. La PREALC denomina a este último sector “informal” y sus características centrales son su escasa capitalización, tecnología rudimentaria en términos relativos y desconexión de los circuitos financieros formales (Klein y Tokman, 1988). Estos rasgos productivos hacen que, a su interior, las relaciones laborales sean altamente inestables e irregulares (Klein y Tokman, 1988). En otros términos, la estructura productiva es determinante para la estructura laboral. Este trabajo se inscribe en esta óptica desde una mirada territorial. A partir del análisis de los microdatos aportados por la Encuesta Permanente de hogares, nuestro objetivo es determinar si existen diferencias en el impacto de la informalidad en las diferentes regiones argentinas y si estas pueden relacionarse con determinados aspectos de las estructuras productivas regionales.