El análisis versará sobre problemáticas que surgen del trabajo en las distintas áreas de Sociales del Instituto Nacional para Jubilados y Pensionados (PAMI). Como se sabe la pandemia profundizó las desigualdades sociales y las políticas dedicadas la contención socio-comunitaria y sanitaria sufrieron un cimbronazo. El área de Sociales del Instituto, obedeciendo a una regla general del mercado laboral, se encuentra altamente feminizada. En consecuencia, el trabajo remoto trajo nuevas problemáticas. Las tareas de cuidado tanto de hij@s escolares como de familiares mayores se volvieron centrales. Por otra parte, la Institución fue designada como esencial; de más está decir que la asistencia y contención a las personas mayores es imposible llevarla a cabo totalmente desde el teletrabajo. Los equipos profesionales y agentes de las áreas de sociales debieron reconfigurar su espacio tiempo y organizarse en torno a tareas presenciales y remotas. Esto no ocurrió sin conflicto: la falta estructural de equipos interdisciplinarios y de trabajo en articulación con otros organismos del Estado dificultaron más el contexto. Por ello, se hace necesario pensar otros modos de actuación e imaginar una post- pandemia con capacidades institucionales fortalecidas para mejorar la calidad del trabajo desde lo sociosanitario, la promoción de la igualdad en el empleo y la calidad de vida de las personas mayores.