El origen de Dique Luján, en el partido de Tigre, se remonta a fines del siglo XIX cuando un importante emprendedor, Benito Villanueva, dueño de las tierras, quiso realizar un proyecto de gran envergadura: una ciudad en el Delta con canales y terraplenes. Lo inhóspito del lugar, la escasa accesibilidad desde la parte continental, sumado a la falta de solución del problema de las inundaciones frustró su iniciativa. Un cambio importante en la zona se dio en la década de 1920 al radicarse una empresa para procesar formio destinado a la industria textil. La fábrica marcó un hito en la historia económica y social del lugar al atraer población migrante desde Entre Ríos. Para alojarlos debió construir una villa obrera. El proceso de desindustrialización argentino de la década de 1990 ocasionó que la fábrica de formio cerrara, iniciándose el desmantelamiento de las instalaciones. Los terrenos empezaron a adquirir un valor inmobiliario sorprendente a partir del surgimiento de Nordelta. Se rellenaron los campos con la tierra que se extraía del dragado de los arroyos y se aprovecharon los canales existentes y los espejos de agua para construir barrios privados náuticos transformando el territorio no solo ambientalmente sino socialmente