Si bien las bibliotecas universitarias han evolucionado poniendo su mirada en las necesidades de sus lectores por lo cual se orientan a transformar sus espacios y modificar sus servicios, como señala González Fernández-Villavicencio (2017), la pandemia en curso hizo vibrar sus cimientos. El acceso a la información es fundamental para paliar esta situación, ya que desempeña un papel central para sobrellevar esta situación extrema en nuestras sociedades. Las bibliotecas universitarias que brindan acceso a sus documentos y forman en habilidades para utilizarlos, son capaces de aprovechar las oportunidades, tomar mejores decisiones, superar los problemas, progresar, innovar y adecuarse para satisfacer las necesidades de su comunidad. Las bibliotecas son sitios donde se pueden hacer muchas cosas diferentes, además de leer (Gallo León, 2015), por eso deben ser centro de la vida universitaria expandiendo su potencial cultural, educativo y académico, su capacidad de adaptación y su vocación transformadora. Nuestra propuesta se estructura en torno a las siguientes preguntas para reflexionar sobre la importancia y el valor de estas bibliotecas en la sociedad: ¿Qué significa transferir y cuáles son los mecanismos adecuados para promover esa transferencia en las bibliotecas universitarias? ¿Cuál es la especificidad de una biblioteca universitaria orientada a sus usuarios? ¿Qué tipo de interacciones existen y cuáles deben promoverse entre bibliotecas universitarias y usuarios?