La práctica del running ha experimentado en los últimos años un crecimiento exponencial, que puede advertirse a partir de una amplia variedad de indicadores. Los datos que arrojan las estadísticas de venta de indumentaria deportiva de las principales trasnacionales deportivas, los paisajes urbanos atestados de corredores en costaneras, plazas y paseos, la masividad de los maratones, o la cobertura que estas competencias atléticas reciben en los medios de comunicación, son ilustrativos, además de eventuales y fructíferas fuentes de extrañamiento como para construir una investigación sobre nuevas subjetividades y estilos de vida en nuestra contemporaneidad. Directamente ligado a ello, en esta ponencia se pone el foco en un tipo de competencia, el denominado trail running, que consta de un nutrido cronograma de carreras durante todo el año con una elevada concurrencia de runners de variada procedencia regional y nacional en destacados sitios turísticos de la Argentina. Se trata de circuitos que suelen combinar montaña, lagos y senderos rurales, entre otras geografías posibles, que necesitan una logística sofisticada, tanto por parte de los organizadores como por parte de los corredores, que realizan desplazamientos de miles de kilómetros en los que se conjugan además intereses turísticos familiares.