Analizo en este trabajo el registro de una experiencia de lectura de la novela El origen de la tristeza, de Pablo Ramos, en la clase de Literatura del último año del Bachillerato Popular para Jóvenes y Adultos Simón Rodríguez (barrio Las Tunas, Tigre). Parto de la premisa de que es posible promocionar la lectura en el marco de una práctica de enseñanza y de que, para hacerlo, se requiere una intervención consciente por parte de los docentes. Frente al modo en que ciertas experiencias educativas naturalizan una práctica socio-cultural que involucra discursos, gestos, saberes y valores aprendidos, ajenos para un estudiantado condicionado por la exclusión social y educativa, se trata de la apuesta político-pedagógica de generar una práctica sostenida de lectura colectiva como parte del trabajo curricular. Desde un cuestionamiento de la relación institucionalizada con lo escrito y una desmitificación de ciertos discursos sobre la lectura, se apuntó a contemplar diferentes modos de leer, vinculando la experiencia de lectura con la experiencia cultural de los estudiantes y dando lugar a debates que comprendieron saberes literarios pero también cierta dimensión afectiva. La reflexión, el ejercicio concreto y el intercambio con Ramos redujeron, en cierta medida, la brecha entre escritura y lectura, con miras a una democratización de ambas prácticas. Destaco la importancia del registro y análisis de prácticas situadas de enseñanza, para descubrir, tanto las tensiones que se producen cuando se recrean, en instancias concretas y siempre de manera plural y poli-cromática, los mandatos sociales y públicos para la escuela, como para identificar los aciertos y dificultades de la propia labor de intervención docente, con el objetivo de diseñar estrategias pedagógicas cada vez más inclusivas.