En la década de los años setenta se produjeron numerosos cambios en la sociedad humana a escala mundial y regional, que impactaron de diversas maneras a los sistemas e instituciones de la educación y sobre todo en la educación de América Latina. Con las instauraciones de las dictaduras militares y la posterior implantación de 'democracia oligárquica' y del modelo neoliberal que desarrollo una visión falsa de globalización, sometiendo aún más a los sujetos. Esto causo una desintegración de estructuras, que eran base para el desarrollo social, cultural e intelectual como el sistema educativo. Mandatarios dictadores se centraron en desarmar las organizaciones sindicalistas de maestros, utilizaron estrategias de poder para desarticular los cuerpos gremiales por la fuerza. Se despolitizó la educación instaurado por los discursos de maximización de rendimiento de calidad educativa visualizando solo como fines de lucro y naturalizando el contexto educativo como un 'fetichismo' de las competencias dirigido a los sujetos que educan y a los que se educan. En estos procesos de rápidos y drásticos cambios sociales es de valiosa importancia señalar una de las tantas causas de la crisis en la educación, que fuertemente fue marcada por las huellas del sistema neoliberal. Los discursos que traspasaron e invadieron el sistema educacional a través de los cuerpos de las sociedades y que concretamente albergan los docentes y sobre ellos. Ahora este sistema provoca que el hombre contemporáneo esté dominado por la fuerza de los mitos moderno que son manejados por el fetichismo del capital, dirigido por una publicidad ideológica que lo hace renunciar a su capacidad de decidir y pensar, adiestrándolo constantemente para demandar.