En esta ponencia trataré de explorar las valoraciones que hacen jóvenes de sectores populares de la educación superior universitaria. Apoyado en entrevistas realizadas a jóvenes habitantes de un sector pobre de Bogotá, pude percibir que la educación universitaria sigue siendo considerada como vía legítima de mejoramiento de las condiciones de vida, a pesar del contexto de creciente desempleo y precarización laboral que atraviesa Colombia en la actualidad. Esta aparente adscripción a la función 'promocional' de la educación no es acrítica o carente de contradicciones. De hecho, muchos de los relatos de estos jóvenes muestran las vivencias de las desigualdades que la universidad reproduce o fomenta, lo cual incide en la manera en que los jóvenes resignifican su experiencia universitaria. En muchos casos, la movilización de esfuerzos personales y familiares no ha sido compensada como se esperaba y la preocupación por la retribución del esfuerzo está a la orden del día. Sin embargo, el acceso a consumos culturales distintos de aquellos de la clase de origen constituye una justificación suficiente al sacrificio que implica cursar una carrera universitaria. El análisis propuesto intentará vincular la práctica de reproducción cultural de la educación -en tanto que instancia de autoridad cultural en las sociedades contemporáneas- con las experiencias educativas de los jóvenes entrevistados, en particular aquellas asociadas con sus orígenes sociales. Esto hace necesario situar los motivos y situaciones que llevaron a jóvenes de sectores populares de Bogotá a cursar estudios universitarios a pesar de que la universidad no es una opción común dentro de su grupo social.