En 1968 se inicia en la ciudad de Rosario el Ciclo de Arte Experimental, donde los y las artistas locales proyectaron una serie de acciones en un contexto epocal atravesado por el Onganiato. Se inauguró el 27 de mayo con la obra de Norberto Puzzolo, Las sillas. Tras la apertura, el ciclo se traslada a la Galería Melipal. Noemí Escandell intervino el local alquilado el 15 de julio con Pro-ser, una ambientación cuyo tono irónico hacia la historia despertó actitudes ofensivas por parte de algunos visitantes. Más tarde, el 7 de octubre Graciela Carnevale presentó El Encierro, una acción drástica que visibilizaba la censura de entonces, generando un conflicto que culminó con la intervención policial. El Ciclo quedaría así interrumpido, hecho que llevaría a los protagonistas a replantear sus prácticas artísticas. Esta ponencia plantea la lectura de dos experiencias visuales (Pro-ser y El Encierro) desde el lugar del acontecimiento, en términos de Mauricio Lazzarato, a los fines de entablar una lectura de dichas intervenciones en tanto expresiones que trascienden las categorías de la historia del arte. Anteponiendo la efectividad política y las repercusiones colectivas, ambas acciones involucraron aspectos sociológicos dentro del agenciamiento y la crítica institucional.