Entendiendo que el conocimiento científico se produce de modo intersubjetivo este trabajo se propone indagar sobre cómo opera la configuración de las prácticas científicas en los procesos de investigación, problematizando un modo de construcción de saberes que condiciona las actividades y decisiones de los sujetos. El trabajo apunta a una visibilización de la relación sujeto-objeto y a situar históricamente los procesos, con énfasis en las luchas políticas que existen por detrás de la imagen que circula, desde el sentido común, de una ciencia con carácter universal, objetiva y a-histórica. Atravesado por un sistema de producción de mercancías, “el conocimiento” es convertido en un bien de cambio que tiene un precio en el mercado como el resto de los productos de compra-venta. Los mecanismos de reproducción social del conocimiento son establecidos por una comunidad científica en relación con el poder político y económico, y ejercen una disposición para la acción de los sujetos. La disputa por una posición, que es en definitiva, una disputa por imponer una definición de ciencia, es la que va a determinar la orientación científica. A partir de esta trama los sujetos adquieren actitudes de adaptación para lograr un estatus dentro del campo científico y los investigadores de regiones periféricas no son portadores de una posición privilegiada en este campo.