Los movimientos sociales que luchan contra injusticias socio-ambientales habitualmente deben pelear por el reconocimiento de un padecimiento negado por las instituciones gubernamentales y “expertos” de organismos de control. Esta situación los lleva a producir y/o movilizar diversos conocimientos. El concepto de “contra-pericia” (“counter-expertise”) remite a un conocimiento -en sentido amplio- que pone en duda decisiones políticas supuestamente basadas en conocimientos científicos (como la aprobación de nuevas tecnologías). A través de un estudio de caso, reflexionamos sobre este tipo de conocimiento y la frontera entre “expertos” y “no expertos”. En el barrio de Ituzaingó Anexo en Córdoba el movimiento contra el uso de agrotóxicos desarrolló y puso en juego diferentes tipos de “contra-pericia” en un proceso de lucha que comenzó en 2001 y llevó al primer juicio que condenó a las fumigaciones ilegales como delito penal de contaminación ambiental en 2012. Identificamos tres tipos de contra-pericia que fueron producidos y movilizados durante este proceso: conocimiento local, conocimiento científico y conocimiento legal. El caso ilustra las relaciones y sinergias positivas que pueden darse entre estos tres tipos de conocimiento para enfrentar situaciones de injusticia socio-ambiental.