La identidad cultural está conformada a través de un compendio de hábitos, reglas, normas, costumbres, y un sinfín de actividades de la vida humana, que en suma producen un efecto de cohesión, la cual permite el funcionamiento aceitado de la estructura social. En este sentido, la producción de dichas identidades sociales es la que permite la conformación efectiva de una sociedad apreciable gracias a la cual se pueden desarrollar estudios exhaustivos y profundos sobre casos particulares. De acuerdo a lo mencionado anteriormente, es objetivo del presente trabajo analizar los distintos aspectos de la multifacética Identidad Porteña, en tanto ésta se constituye como producto del vertiginoso acomodamiento urbano, reproducido en el establecimiento del Barrio Porteño entendido a modo de ser el escenario mismo de la cotidianeidad social, en su relación con el desarrollo de la actividad deportiva-cultural, y la conformación de Clubes Barriales como fieles representaciones populares de aquella identidad De esta manera ser pretende observar que, la eminencia de un Estado que no logra constituir un sólido tejido social, constituye una de las principales falencias que permiten la vigorosa proliferación de estas instituciones populares que sirvieron como puente entre los distintos actores de la sociedad porteña. Con esto nos referimos a que el estallido de clubes sociales y deportivos observado a principios del siglo XX dentro de la zona rioplatense, guarda estrecha relación con la carencia de un elemento eficiente que genere identidades que aglutinen a esa nueva masa heterogénea popular que comienza a levantarse, por lo que se terminan de conformar como una grieta dentro del mismo sistema, como sectores en donde el Estado no logra alcanzar de la manera deseada. Por estas razones, en este estudio nos centraremos en el análisis del proceso inicial de surgimiento de los clubes porteños que se dio en paralelo al arrastre que generó el proceso de urbanización propio de Buenos Aires a principios de siglo XX: su consolidación como grandes centros de producción cultural en concomitancia con la vida urbana-barrial alrededor de las décadas del 40 y 60; y el evidente lazo efectivo entre éstos y la política estatal que se encuentra visiblemente ejemplificado en la pasada última dictadura militar argentina. Al mismo tiempo nuestras intenciones están orientadas en demostrar cómo a lo largo de años los clubes funcionaron como construcciones populares demarcadores de un espacio comunicacional entre las sociedades, permitiendo de esta forma el desarrollo de intercambios culturales, sociales y deportivos.