Los grandes proyectos urbanos se han convertido en un instrumento de intervención en la ciudad. Tanto como herramienta de política pública y de la acción privada –coordinados simultáneamente- los mismos producen importantes transformaciones de la estructura urbana como de la imagen de la ciudad, siendo uno de los temas de debate recurrente en el campo del urbanismo contemporáneo. Dichos grandes proyectos urbanos son una compleja construcción donde la identidad constituye uno de sus componentes. En los mismos se procesan contenidos de identidad que se remiten a una definición de sociedad en términos históricos. Se movilizan valores con fines de legitimación de las intervenciones en el espacio, operación que implica la apropiación y re-significación de esos valores y sus tradiciones. Tal es el caso de intervenciones de desarrollo urbano en viejas infraestructuras portuarias, como en instalaciones productivas, donde el pasado referenciado en una vieja actividad y su soporte material –el patrimonio edilicio- forman parte de una estrategia de gestión y acondicionamiento de los espacios para su uso presente. Se estudia el caso del puerto de Santa Fe, aunque se hacen algunas rápidas referencias a algún otro ejemplo convocado por el uso de contenido histórico en la legitimación del proyecto. Las instalaciones del puerto de Santa Fe datan de principios del siglo XX y son propias del proceso de modernización. Actualmente están siendo recicladas para uso urbano, y la identidad histórica de la ciudad portuaria –identidad local políticamente construida como fundante de la ciudad misma- circula como un contenido que es movilizado por los agentes promotores de los proyectos, formando parte de sus estrategias de comunicación para la valoración social y económica en la transformación del espacio. Los desplazamientos entre una memoria asentada en un relato historiográfico y su puesta en circulación como discurso publicitario y periodístico de una operación de renovación urbana, los corrimientos entre los contenidos relativos a un proyecto social moderno asentado en la producción-exportación y una estrategia de marketing urbano para posicionar a la ciudad en el circuito turístico, son las franjas y márgenes a partir de las cuales fluctúan los sentidos de una identidad convocada a dar expresión cultural y significado social a porciones de espacialidad de la ciudad contemporánea.