Una de las notas características de la política argentina de fines de la década del sesenta, sobre todo luego del \"Cordobazo\", fue la conformación de grupos de guerrilla urbana, entre los cuales la organización Montoneros habría de ocupar un lugar central. Como es sabido, su aparición pública se produjo con el secuestro de Aramburu en mayo de 1970 y con el copamiento de la localidad cordobesa de La Calera en julio del mismo año. Entre esos dos hechos se incorporaron a la organización grupos santafesinos que, por lo menos desde 1967, habían comenzado a transitar por un proceso de clandestinización y desde 1969 habían protagonizado los primeros hechos armados. Si se pretende abordar la constitución de sujetos y de prácticas en relación con la militancia insurreccional, los textos de la época resultan insuficientes porque no todo ha quedado registrado debido a la dinámica que suponía la clandestinidad y a la destrucción de documentos. Por su parte, la prensa de la época, por lo general, reproducía el discurso oficial y se refería a los grupos armados con los términos \"extremistas\" o \"delincuentes subversivos\". Aunque esto no sea razón para desecharla, habilita a pensar que una fuente no es de por sí más confiable que un testimonio oral por el solo hecho de ser escrita y contemporánea al período estudiado. La mayoría de quienes iniciaron la formación de grupos que optaron por la lucha armada fueron jóvenes nacidos en la década del cuarenta. Vivieron su infancia durante el primer peronismo, su adolescencia en los años de la criris institucional que comenzó en 1955 y su incorporación a la política durante el régimen de la denominada \"revolución argentina\". La entrevista de investigación, encaminada a la producción de testimonios de los sobrevivientes de aquella experiencia, se plantea como herramienta privilegiada para indagar aspectos de la subjetividad. Las rememoraciones se configuran a partir de ciertos énfasis que posibilitan explorar las transformaciones operadas en los grupos de pertenencia y las tensiones que significaron puntos de ruptura en las trayectorias individuales y grupales. Los testimonios ponen de manifiesto la cambiante reconstrucción de las memorias y las interpretaciones que los protagonistas hacen hoy de sus prácticas de entonces. Asimismo, las memorias compartidas dan cuenta de un espacio de lo decible en el cual cobra relevancia el contexto de emisión de los testimonios. Estas cuestiones serán abordadas en relación con un corpus testimonial producido para el estudio de la conformación de Montoneros en la ciudad de Santa Fe, entre los años 1967 y 1971.