El devenir de la nueva izquierda peronista en los años ’70 va conformando una trama que propone y repropone sus alcances, sus límites y sentidos. Asimismo denota un campo político no homogéneo que implica tanto un juego de diferencias posibles como de hegemonías que van definiéndose nítidamente conforme avanza la década. La circulación de militantes de algunas organizaciones a otras no resulta un hecho infrecuente, tampoco las fusiones o las divisiones que agitan la vida de las organizaciones político armadas en su conjunto. Un rápido racconto nos indica que a fines del año 1972 Descamisados se unió a Montoneros, que en octubre del ‘73 hacen lo propio las FAR y en junio del ‘74 se sumó un sector de las FAP liderado por Carlos Caride, pero también que Montoneros Sabino Navarro abrió un camino que poco más tarde y con otra direccionalidad tomaría la JP Lealtad. Las fusiones y divisiones forman parte de un relato que las más de las veces es abordado desde la perspectiva de las organizaciones y si bien este trabajo no desdeña volver sobre esas líneas, ello constituye más que un horizonte de constatación un umbral de preguntas que nos permiten explorar en el impacto que tienen tanto una como otra decisión en las y los militantes concretos que formaban parte de ellas centrando asimismo nuestra atención en otros procesos de carácter no menos significativo; el que se expresa a través de los movimientos de grupos más pequeños o bien individuales en el sentido de realizar críticas y/o cuestionamientos que pudieron o no terminar en la salida de la organización.