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El ocaso del ubaldinismo. La pérdida de gravitación política de Ubaldini y la CGT en los últimos años del gobierno alfonsinista
sangrilli carla.
XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.
Resumen
El presente trabajo pretende analizar la figura de Saúl Ubaldini como líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), durante los últimos años del gobierno radical de Raúl Alfonsín. El período abordado se extiende desde momentos posteriores a la normalización de la central obrera en noviembre de 1986 (luego de 10 años de ilegalidad formal), hasta la asunción del electo presidente peronista Carlos Menem, en julio de 1989. La elección de autoridades en la central obrera mostró una paridad de fuerzas ya que ninguno de los tres sectores en los que estaba dividido el sindicalismo (ortodoxos, renovadores y ubaldinistas) pudo imponer su mayoría en el Consejo Directivo. Este triple empate demostró que no hubo un gran elector y que Ubaldini, a pesar de la fuerza de su liderazgo, no logró tener una mayoría que le permitiera total libertad de acción como Secretario General. Aprovechando esa situación, algunos dirigentes de gremios grandes decidieron llevar adelante una estrategia propia, negociando con el gobierno radical la incorporación de un sindicalista peronista como Ministro de Trabajo, Carlos Alderete, quien asumió en marzo de 1987. Así buscaron restituir las leyes que regulaban la actividad gremial y pretendieron cercar la política sindical de Ubaldini con el fin de volver a controlar al movimiento obrero organizado que había quedado en manos de representantes de sindicatos medianos y pequeños. Por entonces, el ubaldinismo comenzó a mostrar su agotamiento como nucleamiento, a la par que se producía la pérdida de fuerza de las prácticas sindicales –los paros generales que sucedieron tuvieron poca efectividad-, que conllevó un desgaste de la figura de Ubaldini. Distintos factores coadyuvaron a la pérdida de protagonismo del Secretario General y la CGT. Los conflictos militares y particularmente la crisis militar de Semana Santa impusieron una pausa en la confrontación de la central obrera contra el gobierno, lo mismo que la crítica situación social y económica originada en el fracaso del Plan Austral. En septiembre, el triunfo del peronismo renovador en las elecciones legislativas llevó a la rama política del Justicialismo a reemplazar a la CGT en el principal rol de opositor político. El desplazamiento de Cafiero por Menem como candidato presidencial por el justicialismo contribuyó a la pérdida de gravitación del ubaldinismo y los gremios renovadores, más afines al primero. Esta ponencia forma parte de un trabajo más amplio –en curso- que pretende seguir la trayectoria político gremial de Ubaldini y redefinir la imagen de sentido común que reduce su protagonismo a la realización de 13 paros generales de la CGT contra el gobierno de Alfonsín. También la idea de líder indiscutido alejado de tensiones al interior del sindicalismo.
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