La vida política del dirigente de origen radical, Oscar Alende (1909-1996), estuvo mayormente enfocada en construir una instancia política alternativa al radicalismo y al peronismo, pero como una continuidad superadora de dichas experiencias populares. Mantuvo de la intransigencia radical de la década del cuarenta los elementos ideológicos del yrigoyenismo, sumando luego los aspectos que consideró más progresistas del peronismo y por último, incorporó las cuestiones que planteaba la nueva izquierda de fines de los sesenta. Lejos de fundirse en alguno de los dos grandes partidos políticos argentinos, sostuvo su propia estructura partidaria: el Partido Intransigente, continuación de la Unión Cívica Radical Intransigente. Esto le permitió ciertamente tener un juego político propio, pero también porque creía que ni el partido radical ni el peronista eran capaces de llevar adelante una política de transformaciones.