A partir de 1929 se inicia un proceso de disidencia y radicalización política en un sector del socialismo argentino, que culmina en el año 1937 con una escición partidaria. Gran parte de los animadores de la tendencia radicalizada fundaron el Partido Socialista Obrero –disuelto en los hechos en 1943. A lo largo de todo el período estos militantes gestionaron diversos emprendimeintos editoriales. Más allá de su preponderante carácter propagandístico, estas publicaciones periódicas animaron debates y se convirtieron en tribunas para distintas tesis izquierdistas. Su análisis posibilita detectar cuáles fueron las imágenes a las que se apeló para convocar a otros militantes; el grado de organización interna del grupo; sus figuras más destacadas; la formación de una agenda política propia –y en función de la misma, el tratamiento de los temas considerados clave de la actualidad nacional e internacional-; entre otras muchas cuestiones. En la presente ponencia se analizará el lugar pribilegiado que ocuparon una serie de consignas antiimperialistas, en las diferentes publicaciones del grupo. Destinando especial atención a dos de estas publicaciones periódicas: la revista Izquierda. Crítica y acción socialista, aparecida entre octubre de 1934 y diciembre de 1935 y Avance. Semanario de los trabajadores -publicación semanal editada por el Partido Socialista Obrero- de julio de 1937 a agosto de 1938. En los postulados de los llamados socialistas obreros se reforzaba la imagen de un interior convertido en el sector más castigado de una economía signada por el imperialismo monopólico. El registro de esta prédica a favor de integrar un movimiento nacional de inspiración socialista, que contemplase una salida antiimperialista a los problemas económicos del país, contradice el difundido estereotipo construido por la izquierda nacional en los años sesenta, que insistía en la ausencia de percepción del problema imperialista por parte de lo que llamaba la izquierda tradicional.