En las primeras tres décadas del siglo pasado la represión estatal de las agrupaciones de izquierda y del movimiento obrero atravesó los cambios de sistema político que se dieron en ese período, que va desde el régimen oligárquico-conservador, pasando por los gobiernos radicales de 1916 a 1930 , terminando con los dos años de la dictadura del general José Felíx Uriburu. El acceso al poder de los gobiernos estudiados entre 1912 y 1932 fueron distintos: los conservadores llegaron por medio del fraude electora dentro de una concepción de democracia restringida, los radicales por el voto en elecciones libres después de la reforma política y. por último, los militares por un golpe de Estado, si bien estas fueron sus diferencias más notorias, una de las semejanzas más visible entre ellos fue la represión al movimiento obrero y las agrupaciones de izquierda combativas. Un hecho, que pocas veces se tiene en cuenta, es que las movilizaciones y huelgas obreras y de las agrupaciones políticas de izquierda o los atentados anarquistas, fueron sin duda un elemento de presión importante para la sanción de la ley de reforma política de 1912 que permitió el acceso al gobierno del radicalismo. Pero, la paradoja más notable de esta época es que fueron precisamente bajo los gobiernos radicales, donde se dieron las represiones a los trabajadores más sangrientas. Si contamos solo los tres hechos más trascendentes como son la Semana Trágica, el conflicto de La Forestal y la huelgas patagónicas sumamos más de 2000 muertos, la cifra se vuelve más significativa si tenemos en cuenta la cantidad de miembros de la clase obrera de la época. En el Siglo XX estas cifras solo fueron superadas en nuestros país, más cincuenta años después, con la represión iniciada a mediados de los 70´ y el terrorismo de Estado de la última dictadura militar, de la que son un antecedente.