En la primera década del siglo XX, la élite henequenera de la península de Yucatán atravesaba por la cúspide de su influencia económica, política y cultural. La derrama económica producto de la importación de la fibra transformó la fisonomía peninsular, en el medio rural se multiplicaron \"las haciendas\" con suntuosas casas de maquinas y espacios fuertemente organizados; pero fue en la ciudad de Mérida, lugar de residencia de los poderes oficiales y de facto, donde las transformaciones se dieron a mayor escala, se construyeron nuevos lugares para vivir, circular, pasear e incluso enfermar, todos ellos siguiendo el modelo francés, no sólo en los decorados y detalles arquitectónicos, sino también en los principios higienistas y burgueses. El objetivo de la ponencia será estudiar como la importación de propuestas arquitectónicas y urbanísticas significó también la adopción de nuevos modelos culturales tanto para ejercicio de la vida privada como de la enfermedad, la demencia y la beneficencia. Para esta reflexión partiremos del análisis de las construcciones de la época tales como: el Paseo Montejo, flanqueado por flamantes \"chalets\",que rompían la tradición del modelo árabe para la casa habitación; el Hospital O´Horan y el Asilo Ayala, ambos de modelo pabellonario, construidos con fondos de la beneficencia privada, relacionando estas obras con los valores que una sociedad que aspiraba a ser moderna y cosmopolita intento adoptar, para mostrar a propios y extraños cuanto había avanzado en la senda del progreso.