Desde el siglo XVII los manuales de conducta destinados a las mujeres constituyen un género literario de características netamente prácticas. Es a partir del victorianismo que los mismos adquieren una importancia capital como parte del proyecto de regulación social en función del género y de la internalización del modelo de la domesticidad de la burguesía, que se presenta como la portadora de un nuevo ideal para los géneros y las relaciones entabladas entre ellos, con pretensiones de universalización. Este arquetipo se apoya en la concepción de los sexos como naturalmente diferenciados, complementarios y jerarquizados, lo que permite el dominio de uno -masculino- sobre el otro -femenino- . El presente trabajo se propone analizar la obra de Sarah Ellis (1799–1872), The Daughters of England: their position in society, character and responsibilities, escrita en 1842. En ese texto la autora indaga acerca de ciertas preocupaciones que surgen en la vida de las jóvenes británicas, sobre todo en lo relacionado al sentido de sus vidas. Las mujeres, por su capacidad moral y su posibilidad de ejercer un auténtico poder dentro del universo familiar son las encargadas del mantenimiento de los cimientos del orden social. Así, la influencia que ellas llevan adelante dentro de la esfera de lo doméstico, único espacio legítimo para la acción femenina, contribuye a la estabilidad de la nación. La juventud, afirma Ellis, es el período en el que surgen ciertas emociones que es conveniente regular para evitar perjuicios futuros. De esta manera, busca la apropiación voluntaria de sus principios por parte de sus jóvenes lectoras utilizando un lenguaje afable que intenta enfatizar una esencia femenina compartida por todas las mujeres, atribuyendo un valor moral a ciertas cualidades físicas, mentales y emocionales. Es desde la normalización de las conductas y no desde la sanción que el establecimiento del canon femenino logra imponerse y esta es la estrategia discursiva utilizada por la autora en la obra que analiza la presente ponencia.