En el marco de la reestructuración socioeconómica de los años ´90 y su consecuente desindustrialización -en un contexto globalizado y posmoderno- diversos proyectos urbano-arquitectónicos con características de hábitats cerrados y de acceso restringido fueron surgiendo en la ciudad de Buenos Aires. Se dirigieron inicialmente al consumo, al entretenimiento y al ocio: shoppings, hipermercados, multicines para ampliarse posteriormente a las viviendas en altura llamadas torres countries. Todas estas obras se convirtieron no solo en hitos referenciales para la ciudad si no que acentuaron los contrastes entre los usuarios de esos espacios y los excluidos de esos sitios. En estos últimos años una nueva versión de enclave residencial aparece en Buenos Aires. Antiguos espacios fabriles - abandonados y desmantelados- serán reconvertidos en viviendas de lujo. El edificio industrial que, hasta ese momento, estaba asociado a un ámbito obrero se valorizará al ser apropiado por un alto segmento de la sociedad que instalará una forma diferente de vivir en Buenos Aires Estas fábricas se convierten en archipiélagos urbanos al generar fronteras visibles e invisibles en la ciudad. Forman parte de un proceso de fragmentación donde algunos individuos se refugian en sus compartimentos estancos sin participar o enterarse de lo que sucede más allá de su enclave. Con esto la ciudad pierde la posibilidad de ser un ámbito de integración de personas y clases.