¿Qué sabemos de los campos de exterminio en la Argentina? Sabemos que no sólo fueron eficaces fábricas de la muerte, sino también y sobre todo fábricas de ausencias, es decir, de muertos sin cuerpo y sin duelos. Espacios donde la vida cualificada se convirtió en “nuda vida”, momento histórico en el que se expuso que bajo ciertas condiciones “todo es posible”, donde la excepción se hizo norma. El campo no ha sido sólo el lugar de negación de la vida, sino además el espacio de negación de la muerte. En los campos no se moría, se desaparecía como en una fábrica de ausencias en serie. Se expresaron como la manifestación extrema del poder, donde lo que se exterminó fue lo humano que hay en el hombre, su vida cualificada. Su principal víctima fue la sociedad que los produjo. Es esta cuestión la que nos llevó a elegir los desarrollos teóricos de Giorgio Agamben, en los que se propone revisar las categorías políticas de Occidente desde sus mismos fundamentos. Para ello, trabajó la idea de biopolítica no como una simple tecnología de control propia de la modernidad, sino como el fundamento originario de la política. De ahí que indagaremos la lógica de la soberanía ligada a la noción de “excepción” y su relación con la vida despojada de sus derechos –nuda vida– tal y como se manifiesta en el espacio concentracionario.