En este trabajo nos proponemos indagar un aspecto que no suele ser debidamente tematizado por los autores que se ocupan de analizar los cambios producidos durante el período kirchnerista: sus efectos políticos indirectos o no deseados. Al igual que en varios países de la región, el kirchnerismo ha reposicionado al Estado como regulador de la dialéctica social general. Pero de forma paralela, una socialización a través del consumo también ha sido parte de los cambios de época. En ese sentido, debe admitirse que se trata de un período de más Estado y, al mismo tiempo, más mercado. Este trabajo pretende establecer algunas precisiones respecto de en qué medida esta reafirmación del mercado también es disparador para la constitución de identidades políticas reconfiguradas alrededor de la idea del ciudadano-consumidor.