En marzo de 1989 en el Centro Cultural Recoleta y alrededores, tuvo lugar la Primera Bienal de Arte Joven, siendo uno de los eventos más relevantes de la época debido a la gran multitud de artistas y disciplinas reunidas en un mismo espacio. La Subsecretaria de la Juventud de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires decidió organizar la Bienal a fin de difundir las experiencias artísticas y dinamizar la cultura iberoamericana. Su objetivo principal era potenciar a los jóvenes menores de 30 años y facilitar su acceso a los circuitos comerciales, convirtiendo al evento en un lugar favorable para el encuentro, el intercambio y la reflexión en disciplinas como teatro, música, danza, diseño de vestimenta, cine, literatura, entre otros. En este trabajo, la Bienal es considerada como un prisma para analizar el vínculo entre las experiencias estéticas y el proceso de transición democrática. Se indagó en los sentidos que el cuerpo adquiere al “regresar” al espacio público, focalizando en la indumentaria como elemento sensible y práctica social contextualizada. La estrategia metodológica consistió en el análisis de fotografías de la Bienal y la realización de entrevistas en profundidad a informantes clave.