La construcción de la ciudadanía por parte de los pueblos originarios, específicamente el caso del pueblo mapuche en Chile posee particularidades en su configuración como en su desarrollo. Sin duda, este proceso no se puede entender si no tomamos en cuenta las complejas relaciones interétnicas y de poder que se han dado desde la época del dominio colonial español y los dos siglos republicanos entre las élites y los pueblos originarios. Estas relaciones basadas en una raíz desigual, han traído como consecuencia la conformación por parte de los pueblos originarios de un actor social alienado, en términos de Dussel, que surge tras el descubrimiento de América, pero que se agrava y acelera desde los procesos de Independencia Latinoamericana en la primera mitad del siglo XIX, los cuales coinciden con la conformación y desarrollo del Estado Nacional. La construcción del Estado Liberal Positivista chileno en cierta medida justificó su existencia en el aplastamiento del Pueblo Mapuche como realidad nacional y no deja de ser coincidencia que al comenzar a cuestionarse el tipo de estado existente en Chile, vuelva a plantearse el Pueblo Mapuche -más allá de sus particularidades- como un sujeto colectivo diferenciado.