Desde la perspectiva histórica propuesta, rememorar para revalorizar el pasado, es siempre un impulso para la oportunidad revolucionaria (que se confirma a partir de una situación política dada) en la lucha por el pasado oprimido (Benjamin, 2008).De allí que nuestra concepción de los acontecimientos del ayer, este atravesada por la idea central de que, a la Historia, la constituyen las vivencias de los pueblos, las cuales han sido orientadas por las acciones políticas deliberadas de quienes podríamos denominar héroes. Además, denunciamos que si se niega la Historia de los pueblos, de los caídos, de las hazañas, si se propone que esta sea concebida como “una imagen irrecuperable del pasado”, podemos empezar a preocuparnos, ya que toda posibilidad de redención, amenaza con desaparecer con cada presente que no se reconozca aludido en ese pasado (Benjamin, 2008). Asimismo, consideramos necesario retomar la Historia como lucha por los sentidos, como batalla cultural por la emancipación, que es también presente y que nos obliga a estar en estado de revolución constante, siempre y cuando consideremos que la identidad social puede conformarse como fruto de la construcción de la memoria colectiva.