La política económica ha sufrido cambios significativos a partir de la asunción del gobierno de Cambiemos. Desde distintos ámbitos se ha señalado con justeza que el gobierno de Macri se ha apoyado en alianzas sociales distintas al kirchnerismo, proceso en parte explicitado a partir del gran peso que adquirieron los empresarios y ejecutivos en sus filas. Sin embargo, que durante los gobiernos del kirchnerismo hubiera una menor presencia empresaria en la escena política no supone que las prácticas políticas de las clases dominantes estuvieran ausentes. Parte de ello quedó en evidencia durante el último mandato de Fernández de Kirchner cuando se profundizaron los “desajustes” entre la política y la economía, manifestados en la imposibilidad de continuar con mejoras en la situación de las clases populares sin un cambio estructural. La principal hipótesis de la presente ponencia es que el gobierno de Macri representa un “reajuste” de la política a la economía, procurando reorganizar a las distintas fracciones de la clase dominante desde el Estado. Para ello se propone interpretar la “hoja de ruta” trazada por el gobierno –apertura comercial, desregulación financiera, reducción de impuestos al capital, endeudamiento externo, flexibilización laboral, etc.- no sólo como una “opción ideológica” del personal que conduce el Estado sino, fundamentalmente, a partir de los límites que impone una estructura productiva que responde a los intereses del bloque en el poder.