El formato tradicional de la escuela secundaria tuvo diferentes cuestionamientos a lo largo de la Historia de la Educación Argentina. En 1915, Ernesto Nelson, Inspector General de Enseñanza Secundaria y Director del Internado del Colegio Nacional de La Plata propuso un plan que buscaba modificar el curriculum mosaico y su componente interno de simultaneidad, abriendo la posibilidad a trayectorias y ritmos de aprendizaje diversos. Si bien su plan no prosperó, es un claro indicio de que en ese momento ya los desajustes entre los objetivos de la escuela secundaria y los resultados eran considerables. A lo largo del tiempo se presentaron diferentes propuestas, muchas de las cuales se abandonaron por diferentes motivos, en especial por la resistencia de quienes debían implementarlos. En la actualidad, a diez años de la promulgación de la ley 26.206, los bajos niveles de egreso mostraron que la gramática escolar habitual no logra crear posibilidades reales para que gran parte de la población pueda cumplir con la obligatoriedad de la escuela secundaria. En respuesta a esta situación, en Argentina se están implementando formatos escolares alternativos, con resultados muy alentadores. Esta ponencia busca visibilizarlos y detenerse en especial en las nuevas escuelas secundarias universitarias.