Este texto es una propuesta de mirador teórico sobre el llamado Mercado Rosa, desde el cual la disidencia sexual se configura y se practica en la actualidad desde una lógica económica mercantil. El tema se aborda desde un marco teórico de corte marxista, en el que se pretende aportar una mirada crítica de esta lógica, en la que la práctica de la disidencia sexual existe, por un lado, desde una adscripción total a la dinámica mercantil, y la definición de quiénes la practican como gays, y que por otra parte se hace efectiva como una práctica desde sujetos periféricos que se asumen como jotos. Que refuerza pertenencia y exclusión del colectivo LGDTTTI a partir del consumo en el Mercado Rosa de sujetos. Apuntando la identificación en el caso mexicano, de algunas prácticas específicas que varias de las marcas más globales que se encuentran en el país han emprendido en miras a la atención de este nicho de mercado, así como las consecuencias en términos de la concreción de la disidencia sexual como una práctica compleja, que en la actualidad es un importante eje de la discusión de las resistencias colectivas y sus posibilidades de posicionamiento desde las periferias sociales.