En el presente trabajo se propone repensar la política cultural que durante el período de recuperación democrática posdictatorial diseñó e implementó el Municipio de la Ciudad de Buenos Aires. La política de descentralización cultural implicó la intervención estatal en el espacio público, la promoción de la participación social en los centros culturales barriales. El diseño e implementación del Programa Cultural en Barrios puso en juego un estilo de política cultural centrada en la re-antropologización y des-estetización si bien promovió la difusión y enseñanza de las disciplinas artísticas. En este sentido, la cultura como significante vacío que habilitó la articulación y desarrollo de una diversidad de prácticas sociales y como significación nodal que delimitó y configuró el diseño y la implementación del Programa Cultural. Así, la participación sociocultural posibilitó las políticas de reconocimiento de sociabilidades, vivencialidades, sensibilidades, identidades, en el marco de la crisis del estado de bienestar y del auge del neoliberalismo. La política de desculturización de la cultura como la puesta en escena de prácticas culturales tradicionales, residuales y emergentes que mediante la participación en el espacio social del barrio puso en tensión los límites y posibilidades de la politicidad democrática.