La Dictadura de 1966 al mando del General Juan Carlos Onganía, basada en el Doctrina de Seguridad Nacional, configuró un enemigo amplio que incluía tanto a partidos políticos, movimiento obrero y estudiantil, como a la juventud y a los artistas de vanguardia. Sin embargo, durante su mandato se produjeron, con financiamiento estatal y específicamente a partir del Ministerio de Bienestar Social, gran cantidad de cortometrajes que tuvieron como realizadores a integrantes de las Corrientes Renovadoras. En nuestra investigación, aún en proceso y situada en el periodo 1966-1970, nos preguntamos ¿cómo se configura la relación entre el Ministerio de Bienestar Social y los realizadores de las Corrientes Renovadoras?, en el marco de una esfera cultural politizada, donde algunos espacios de la cultura eran considerados como “potencialmente peligrosos” para el orden social. En tal sentido, nuestros objetivos son en primer lugar, caracterizar la relación entre la Secretaría de Salud Pública y el Ministerio de Bienestar Social y las Corrientes Renovadoras intentando reconstruir los mecanismos de producción, financiación y selección de cortometrajes, como así también los espacios de circulación de esos cortos institucionales y, en segundo lugar indagar en las representaciones de los realizadores acerca de esa relación.