Durante la primera mitad de la década de 1930 la lucha política tuvo como rasgo las acciones con armas, que no se circunscribieron a la lucha extraparlamentaria sino que se desarrollaron también en el marco de ésta, tiñendo al conjunto de la lucha política, incluso la del partido Socialista. Las acciones armadas, junto con la lucha callejera, atravesaron todas las líneas de confrontación en que estaban involucradas las organizaciones que se reivindicaban de la clase obrera: desde la lucha económica entre distintas fracciones de obreros y sus respectivos patrones y de los trabajadores desocupados contra el gobierno hasta la confrontación contra los fascistas y la que buscaba el cambio radical del sistema social. Mediante la descripción de distintos hechos en los que participaron corrientes del movimiento obrero organizado, el trabajo avanza en responder al interrogante de si lo que caracteriza el momento es el uso de armas o el uso de fuerza armada, poniendo en cuestión la caracterización de “guerra civil congelada e incruenta” planteada por Halperín Donghi.