La instauración del régimen autocrático del principado comporta, como bien señala Lobur (2008), la instalación del consensus como instancia de legitimación simbólica que trasciende las instituciones republicanas y garantiza la concordia, como parte de un largo proceso que hunde sus raíces en el período tardorrepublicano y reposiciona a la dirigencia (Roller:2001). Partícipe necesario de ese proceso, la obra de Valerio Máximo, organizada como una colección de ejemplos de los vicios y virtudes de los romanos y algunos pueblos extranjeros, no solo denota una evidente exaltación de la tranquillitas, eslogan por excelencia del gobierno tiberiano (Levick:1999), sino que también muestra los implícitos ideológicos que operan tras los mecanismos, agentes y factores que, en su opinión, aseguran o ponen en peligro esa estabilidad, definida como “esta vida feliz que llevamos bajo el mejor de los líderes” (V.Max.2.pr.). De entre ellos, hay uno que cobra especial relevancia - la conspiración de Sejano y su desmantelamiento por parte de Tiberio (V.Max.9.11.ext.4) - por ser el único hecho contemporáneo al que se le asigna estatuto de exemplum, por estar presentado como el delito que supera a todos los de la serie, y por su definición como intento de parricidio, término este último reiteradamente empleado en la obra para mentar el asesinato de César (V.Max.1.5.7; 1.6.13; 3.1.3; 4.5.6; etc.). En este orden de cosas y más allá del vínculo de esta calificación con la figura del pater patriae (Thomas: 1981), se analiza la construcción discursiva de este pasaje a efectos de determinar (a) el modo como dialoga con los del resto de la serie, con los referidos a César y con otros que, a lo largo de la obra, ponen en escena esta y otras formas de violencia familiar, como por ejemplo el filicidio, y (b) los implícitos ideológicos subyacentes en los vicios y virtudes que, al decir del autor, intervienen en la comisión de estos actos.