La revisión de la concepción ciudadana que aparece en las nuevas normativas legales y curriculares a partir de la Reforma Educativa de los ´90 y que se profundiza con la Ley Nacional de Educación de 2006 se aleja bastante de la que históricamente ha atravesado a la escuela argentina: la formación de un ciudadano democrático y crítico a la vez que respetuoso de la diversidad cultural propia de nuestra sociedad, aparecen en los principios y objetivos de la política educativa nacional y de la provincia de Buenos Aires. De este modo, los fundamentos que han dado origen a la historia escolar, y que se han mantenido durante casi todo el siglo XX, han sido redefinidos. Estamos frente a una manera diferente de entender, desde la escuela, la formación ciudadana tanto en su dimensión política como comunitaria y, a través de ella, la identidad de nuestra sociedad, en la que se pasa a valorar la diversidad cultural, considerada como atributo positivo de nuestra sociedad. La educación para la democracia pasa a ser la clave en la formación de los nuevos ciudadanos para vivir en una sociedad reconocida como compleja, plural y democrática. En este trabajo proponemos indagar cómo desde la historia escolar se hace frente a estas nuevas demandas, centrando la mirada en lo que respecta a la dimensión comunitaria de la formación ciudadana para la Escuela Secundaria Básica de la Provincia de Buenos Aires. Si la historia escolar ha sido y es un relato sobre la identidad, vinculada a una determinada construcción de ciudadanía, qué historia escolar se considera necesaria transmitir desde el Estado bonaerense para responder acerca de ¿quiénes somos? y ¿cuál es nuestro pasado? cuando se parte de considerar la diversidad propia de nuestra sociedad. Para revisar estas cuestiones trabajaremos analizando las nuevas normativas para la Escuela Secundaria Básica en la Provincia de Buenos Aires y los Diseños Curriculares de historia correspondientes.