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Una mirada de la nación en clases de Historia
Marina Devoto.
XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 2013.
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Resumen
ORIENTALES ¿LA PATRIA O LA TUMBA? Una mirada de la nación en clases de historia (resumen) Prof. Marina Devoto ¿Qué es la nación? Concepto difícil de explicar en una clase de tercer año de enseñanza secundaria a principios del siglo XXI en el Uruguay. Las respuestas de mis alumnos tienen más que ver con un sentimiento de pertenencia- diferencia que con un concepto histórico. Inclusive en esas respuestas hay más de diferenciación que de pertenencia. ¿De dónde sacan mis alumnos esa necesidad de diferenciarse de los “otros” (brasileños, argentinos, paraguayos entre otros)? Probablemente de la historia, de la manera en que es planteada la historia del Uruguay. A través de mis experiencias como profesora de historia hago una mirada sobre un tema que me preocupa en clase, y a nivel personal, la construcción de la historia a través de un relato nacionalista. Haciendo un repaso historiográfico sobre la construcción del concepto de nación, su relación con la memoria colectiva y la enseñanza de la historia como apoyo principal para la construcción de este sentimiento nacionalista Esta historia “nacionalista” subyace en los comentarios de mis alumnos a través de sus concepciones de la historia y, sobre todo, de la historia de su propio país. En la actualidad, hay un choque entre los aportes historiográficos y la memoria colectiva que está muy vigente. Por tanto, creo hay que abandonar el discurso nacionalista de la historia por dos razones importantes. La primera es que no es un discurso histórico, no refleja lo problemático y relativo de la historia como construcción. La segunda, tiene un aspecto más ético, no favorece el entendimiento entre los pueblos. Aunque la historia nacional sea reconfortante para quienes la cultivan no es historia buena. Aunque nuestros alumnos y nosotros nos sintamos cómodos con ella, hay que abandonarla. Para Hobsbawm la historia mala no es inofensiva es peligrosa, pueden ser sentencias de muertes . Debemos, por tanto, los historiadores y los profesores responsabilizarnos de lo que puede desencadenar nuestro trabajo. No somos unos “vende patria” por no cultivar una pseudohistoria nacionalista, no tenemos porque elegir entre la patria o la muerte.
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