¿No posee una cuenta?
Conspiración y submundo, crimen y castigo: La narrativa criminal en el Cine. Del expresionismo alemán, al cine negro norte-americano
Colotta, Mariana - USAL.
Lavallen Ranea, Fabian - USAL.
Lavallen Ranea, Fabian - USAL.
XI Congreso Argentino de Antropología Social, Rosario, 2014.

Resumen
El cine criminal, como lo llaman algunos especialistas, es entendido como una “categoría descriptiva que delimita un grupo de cintas en las que el crimen es el componente que desencadena la acción o hacia donde la acción concluye” (Fernández Reyes, 2005:107). En este cine el crimen es el protagonista, generando la tensión central de un relato que está dispuesto a poner en escena diversos actores sociales imaginarios, personajes que construyen historias y narraciones abocados a la cuestión criminal, los que nos permiten encontrar indicadores iconográficos de las diversas interpretaciones que se han desarrollado acerca del delito y los delincuentes a lo largo del siglo XX. Podemos apuntar obras fílmicas donde se representa el “criminal nato” bajo el clásico signo lombrosiano, con sus visibles evidencias antropomórficas: delincuentes de anomalías mentales, alterados biológicos, o coléricos emocionales. En las diversas categorías de “villanos” podríamos representar cada “tipo” de delincuente según el prisma positivista. El cine nos aporta obras que reparan en las “causas individuales” del delito, buscando los traumas, las patologías de cada hombre delincuente, y asumiendo a muchas culturas no eurocéntricas como atavismos civilizatorios, o sociedades salvajes. Si existe un acontecimiento histórico que impuso el cine criminal en los EE.UU, es sin dudas la “Ley Seca”, la guerra contra el alcohol decretada por el gobierno federal de los EE.UU. en 1920. Ese acontecimiento disparó la organización moderna del crimen, generando enormes dividendos, y amplificando ganancias a medida que la organización y su red se expandía. Glorificó la vida y las desventuras de muchos criminales, hasta el punto de transformarlos en ídolos populares, generando una sensación de admiración – temor sobre los protagonistas, esos hombres “fuera de la ley” que lograban ascender socialmente por intermedio de carriles ilegítimos, pero alcanzando la meta del “éxito” económico, y el reconocimiento de sus pares, contradicciones que la Escuela sociológica de Chicago analizará por aquellas décadas.
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