La evaluación de políticas y de la gestión pública son instrumentos clave para la mejora y efectividad de las administraciones públicas y una gestión orientada a resultados que contribuya a la generación de valor público a la sociedad. Es un elemento crítico de la buena gobernanza pública. De la buena acción pública. Esto plantea la necesidad de superar distintos desafíos y asegurar las condiciones necesarias para profundizar en el desarrollo de sistemas e iniciativas de evaluación y lograr su sólida institucionalización. Se ofrecerá un breve recorrido sobre el contexto general en el que opera la evaluación, derivado de la nueva forma de gestión pública, y se presentarán algunos factores que afectan a la calidad y el uso de las evaluaciones de políticas, así como sus interrelaciones y también distintos retos u obstáculos a los que se enfrenta. La calidad y el uso de las evaluaciones son esenciales para garantizar la pertinencia y el impacto en la formulación de políticas y para promover el aprendizaje, la transparencia y participación de la ciudadanía, la rendición de cuentas y la contribución efectiva de la evaluación en la toma de decisiones. Y el éxito de la evaluación es su utilización de forma que se pase del dato a una acción informada por lo que debe hacerse siempre con la intención de ser utilizada tanto de forma externa como interna para un aprendizaje organizacional, el rediseño de la acción pública y el ejercicio de una responsabilidad pública.