En la década de los noventa en Argentina, la (in)seguridad comenzó a instalarse como problema en la agenda pública, mediática y gubernamental, y a ser definida en estrecha relación con el problema de la criminalidad callejera. Uno de los resultados del modo en que se instaló el problema implicó que a los sectores más empobrecidos se los identificara socialmente como una suerte de amenaza, lo que, a su vez, legitimó el fortalecimiento de un poder estatal más represivo. Es en este contexto que adquiere relevancia la producción de datos empíricos acerca de la percepción sobre el rol de las fuerzas de seguridad, y la violencia policial, ya que es a través del análisis de estas grillas de visibilidad y decibilidad que se naturalizan y legitiman, así como se impugnan y critican las prácticas sociales, en general, y las violentas, en particular. Con este objetivo, desde el año 2018, el Observatorio de Seguridad de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA realiza anualmente la Encuesta sobre percepciones sociales respecto de las fuerzas de seguridad. Este trabajo busca presentar los resultados obtenidos, haciendo hincapié en las continuidades y rupturas en los grados de acuerdo respecto de intervenciones policiales punitivas y no punitivas, tanto en contextos prepandémicos como pandémicos, en el marco de los cuáles el rol de la fuerzas de seguridad ha adquirido sentidos diferenciales.