El espacio público en la ciudad cumple un rol fundamental, siendo donde se desarrolla la democracia política y social, expresada en su dimensión territorial, el espacio colectivo y de intercambio. La sociedad se muestra como una colectividad que convive, en diversidad, expresa sus demandas y sus conflictos junto a la manifestación de la memoria colectiva y las identidades múltiples. El espacio público es el reflejo de la democracia: significante, polivalente, accesible, evolutiva, y donde se relaciona a las personas y ordena las construcciones, marcando el perfil propio de los barrios. En la necesidad de gozar de los beneficios que brindan es donde surge el concepto de identificarnos, apropiarnos, aunque sea de estos espacios, de manera fluida y espontánea. La investigación busca poner de manifiesto la tensión social surgida a partir del contexto COVID-19, donde se priva limitadamente del acceso a los espacios de uso público y cómo impacta socialmente no pudiendo hacer uso de ellos, así mismo como modifica el paisaje urbano actual. La situación es muy dispar en las distintas periferias y en el centro debido a las posibilidades que poseen los diferentes habitantes, constituyendo los espacios públicos un papel fundamental en la ciudad, indispensables para la vida.