Los conflictos por la propiedad y la apropiación del espacio territorial ponen en tensión concepciones sobre “lo público” y “lo privado” que opacan, cuando no ocultan, un tercer sentido de la propiedad que es el de “lo común”. El espacio común es un bien social y no puede ser apropiado por los privados ni por el Estado, quien solo lo administra y protege en representación de la sociedad. El análisis conceptual reconstruye la trama de relaciones de poder que excluyen a la sociedad y a los bienes comunes del espacio territorial y de los bienes públicos. En este sentido, hay una doble operación política: excluida la sociedad como propietaria y oculta la noción de “lo común” solo resta que el Estado sea cooptado por los privados para tener a su disposición la extensión territorial y los recursos ambientales como bienes propios o mercancías. El presente trabajo recupera el marco conceptual de la propiedad de un conjunto de bienes territoriales, develando las relaciones y las interacciones de clase que se expresan en el destino final de la propiedad de la tierra urbana, en los recursos hídricos y sus costas y en los minerales para la producción tecnológica.