Presente ponencia analiza la evolución de las relaciones entre la Unión Europea (UE) y Rusia, que en principio del 2021 atraviesa horas bajas tras la aprobación que se hizo el 22 de febrero, sobre una nueva ronda de sanciones europeas, resultado, a su vez, de la tensa visita del alto representante de la Unión, Josep Borrell a Moscú, el viernes 5 de febrero. Tras su viaje a Moscú, que se produjo pocos días después del encarcelamiento del líder opositor Alexei Navalny, Borrell reconoció el mal estado de las relaciones entre Bruselas y el Kremlin. Durante la visita, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, había llamado a la UE “un socio poco confiable”. La ponencia analiza si las áreas de colaboración UE-Rusia existen, con dos objetivos: Una área es la salud pública, otra es el clima. Rusia ha sorprendido a muchos en Europa y en todo el mundo con su vacuna Sputnik V. La pandemia de COVID-19 es la primera pandemia verdaderamente global. En cuanto al cambio climático, este es un tema de interés genuino para Rusia, dado que el calentamiento global no solo está dejando gran parte del Ártico libre de hielo, sino que también está alterando la infraestructura en Siberia como resultado del deshielo. Rusia y la UE necesitan imaginar un objetivo más realista para su relación: un modelo de vecindad, en el que se gestionarán los inevitables desacuerdos para evitar conflictos perturbadores y colisiones.