El concepto de habitus de Pierre Bourdieu ha sido, para muchos, un aporte central en la superación de la “sociología sin agentes” del estructuralismo, y por lo tanto, una noción que permitía articular agencia y estructura, esto es, las prácticas de los agentes y los condicionamientos que imponen las condiciones sociales de existencia. Sin embargo, más recientemente, la noción de habitus ha recibido numerosas críticas, tanto por su lugar en la teoría de Bourdieu como por sus usos en la investigación empírica. Se le ha objetado que no es más que un concepto que intermedia retóricamente entre las determinaciones estructurales y los agentes, sin convertirse en los trabajos de Bourdieu en un objeto en sí mismo. Por ello, el habitus es, para algunos de sus críticos, una categoría que, bajo la apariencia de contemplar a los agentes y escapar de los determinismos estructurales, sólo multiplica y da mayor protagonismo a la estructura, ahora tanto externa como incorporada a los agentes mismos. A partir de una investigación en curso sobre socialización política entre militantes partidarios, en este trabajo nos proponemos analizar algunas de estas críticas para luego proponer una agenda de investigación e indagación teórica que permita recuperar el concepto de habitus poniéndolo en diálogo con aquellas tradiciones que se han ocupado de estudiar las prácticas sociales en “el mundo de la vida”, esto es, en los ámbitos de sociabilidad en los que los agentes las desarrollan.