En su “fundación” de la sociología, Saint-Simon está interesado por las formas de clasificación social. Así, elabora dos clasificaciones sobre la sociedad francesa post-revolucionaria: una, vinculada a la propiedad y a los saberes en “Carta a un ciudadano de Ginebra”; y otra, conectada a las formas de actividad en los textos sobre la industria y en el Catecismo político de los industriales. Cargadas de atributos y en las cuales los grupos sociales deben reconocerse, estas clasificaciones tienen por objeto no sólo comprender científicamente a la sociedad, sino también intervenirla. Años después, Dukheim vuelve sobre la cuestión preocupado tanto por una necesaria ruptura con las clasificaciones del sentido común, irreflexivas y sacralizadas, como por una moderada intervención sobre la sociedad. En su texto con Mauss sobre las clasificaciones primitivas, como en otras elaboraciones, se observa el desplazamiento de la mirada de Durkheim respecto de su predecesor, con sus propias tensiones: entre las clasificaciones de los grupos e individuos y las científicas (por ejemplo, en El suicidio); y entre el origen social de las clasificaciones y las atracciones y rechazos entre representaciones, incluidas las sociológicas. De esta manera, un diálogo de ambas perspectivas sobre la temática permite realizar una interesante relectura cruzada.