En las últimas décadas, la ciudad de Córdoba se presenta como un escenario del proceso globalizante de industrialización-desindustrialización-postindustrialización. Los carreros ejemplifican, con sus propios cuerpos, el movimiento de millares de sujetos expulsados-atraídos del campo a la ciudad y, luego, de las fábricas a las calles. En este marco, la re-configuración de las “sensibilidades sociales” en torno a la mercantilización de la basura (mediante acciones más o menos institucionalizadas) habilita a indagar acerca de nuevas configuraciones en la estructuración social. Desde la Sociología de los Cuerpos/Emociones, se sostiene la idea de que todo conflicto que emerge (o se ausenta) en las sociedades capitalistas neo-coloniales se anuda, en primera y última instancia, al cuerpo de los sujetos en conflicto; allí se reservan las energías necesarias para la reproducción del capital y, también, las capacidades de apropiación/expropiación sensoriales del mundo. A través del análisis cualitativo de fuentes primarias y secundarias vinculadas a acciones desarrolladas por integrantes de una cooperativa cordobesa en lucha por defender sus fuentes y medios de trabajo, se propone utilizar el situacionismo metodológico para indagar el lugar de la vergüenza (Goffman, 2012) como emoción-en-conflicto. En las re-presentaciones de un sujeto-trabajador con una identidad deteriorada, la soportabilidad social (Scribano, 2007) y la vergüenza cumplen una función civilizatoria (Scribano y Vergara, 2009). Si bien los conflictos pueden “invisibilizarse” a través de la subordinación a normas socio-culturales, resulta clave reflexionar acerca de lo que queda “adentro” del sujeto, sin resolución. Por ello, en la última parte del trabajo se propone reflexionar sobre el rol de la vergüenza en el cuerpo subjetivo (Vergara, 2009), pudiendo fundirse con la culpa o la angustia, pero también siendo capaz de re-significarse en clave de orgullo.