La producción musical es uno de los ámbitos de la cultura donde más comúnmente se suelen ejemplificar las transformaciones y reestructuraciones productivas vinculadas con las nuevas tecnologías infocomunicacionales, lo que tiende a plantearse como garantía de mayor diversidad cultural así como de más y mejores oportunidades para el trabajo de los músicos. Sin embargo, esto es desmentido por los datos empíricos: el mercado musical continúa concentrado a escala global en las grandes distribuidoras transnacionales de música (ahora en versión digital) y la gran mayoría de los trabajadores de la música (a los que hoy se opta por denominar ‘productores’) ve progresivamente empeorar sus condiciones de trabajo. En esta ponencia nos detendremos en este último punto, con el objeto de indagar en el terreno concreto las implicancias que estas transformaciones tienen sobre el trabajo en el ámbito musical en términos de las condiciones de contratación, ingresos, seguridad, entre otras, que han venido desplegándose en este ámbito en los últimos años, en especial en la periferia de grandes centros urbanos. Para ello hemos aplicado un cuestionario autoadministrado a 161 grupos musicales de la zona de Avellaneda (Prov. de Bs. As.) y realizado asimismo entrevistas con distintos actores (músicos, sonidistas, gestores, etcétera) de la actividad, procurando un abordaje de tipo cualicuantitativo que nos permita abordar la diversidad de situaciones en el sector. Se concluye que la producción musical independiente, pese a representarse bajo nociones de emprendedorismo e independencia como extraña a los negocios de la gran industria cultural, no se encuentra ajena a transformaciones del mercado laboral de mayor alcance y a escala planetaria, lo que implica no sólo altos niveles de precarización, salarios por debajo del valor de reproducción de la fuerza de trabajo y pésimas condiciones de seguridad sino la necesidad de pensar a los músicos, técnicos y demás profesionales del sector como trabajadores de la cultura.