El presente trabajo se enmarca dentro de un proyecto de investigación interdisciplinario que analiza los instrumentos de regulación urbana como una construcción social y la legitimación de sus resultados a través de las prácticas de diversos actores sociales Ante el fenómeno del incremento de la construcción en la Ciudad de Buenos Aires durante ésta última década, las protestas vecinales han aumentado indiscutidamente, emergiendo un nuevo actor social: las asociaciones vecinales. Las mismas se oponen a las construcciones en altura defendiendo un barrio que se ve amenazado por una normativa que perciben como confusa y cambiante pero que de todas maneras establece los marcos de legalidad. Estas asociaciones no gubernamentales van construyendo identidad, una historia colectiva de lucha y comienzan a dotarse de un capital social y político que ponen en juego a la hora de dialogar y confrontar con distintos actores de la gestión pública e instituciones gubernamentales. Empiezan a adquirir una capacidad efectiva de introducir planteos en la agenda política, además de utilizar estratégicamente la opinión pública para visibilizar un conflicto. Analizando los casos de Villa Urquiza y Caballito, es posible observar el carácter heterogéneo de éstas organizaciones y sus reclamos, muchas veces contradictorios y ambiguos, que ponen en evidencia que el conflicto desatado frente a la mega construcción resulta una construcción mediada por un criterio económico ( valorización de terrenos) y de identidad, en tanto se diferencian ‘’vecinos’’ y un ‘’Otro’’, el cual se torna una amenaza y no está incluido en el ideal de ciudad imperante.