Si bien los estudios sociales de la memoria no se reducen al análisis de la última dictadura cívico-militar argentina, su carácter traumático para la sociedad en tanto “pasado que no pasa” hace de ella un objeto de estudio privilegiado. Sin embargo, le daremos cierta particularidad a este hecho circunscribiéndolo al caso de la Provincia del Neuquén ya que recientemente se realizaron los juicios a ex militares y policías involucrados en los casos de secuestro, tortura y desaparición del centro clandestino de detención “La Escuelita”. En este sentido, entendiendo a la memoria como un proceso socialmente construido de sentidos sobre una experiencia pasada en continuo devenir e imbuido en múltiples pugnas, se analizarán las diversas interpretaciones sobre la última dictadura militar, “narrativas”, “regímenes de memorias”, presentes en dichos juicios. A este respecto, no solo hay disputas de sentido entre los distintos actores involucrados en las mismas sino también entre los mismos organismos de derechos humanos: por un lado, los militares y sus defensores siguen hablando sobre aquellos años en términos de “guerra sucia” y, por el otro, los organismos de derechos humanos, sobrevivientes y familiares interpretan dicho contexto como genocidio o como violaciones a los derechos humanos. A mi modo de ver esto dar cuenta de diversos modos de interpretar el pasado reciente que se encuentran en pugna en el presente. Cabe señalar que el análisis se realizará en base a los discursos, especialmente los alegatos, de los distintos actores involucrados en el juicio: en la parte acusadora, los fiscales, querellantes (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos –APDH-, Centro de Profesionales por los Derechos Humanos -CEPRODH-, Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y otros particulares) y los denunciantes; en la parte defensora, los defensores e imputados; y, a estos, se suman el fiscal y los jueces.