Podemos leerlo en los diarios, podemos verlo en la televisión: la desaparición y el cerramiento de los espacios públicos es un tema en boga en la actualidad y emerge como una problemática compleja de abordar. En las últimas décadas, quienes habitamos la ciudad hemos visto como los espacios públicos han ido perdiendo el carácter que los configuraban como tales. Cercas, rejas, cámaras de vigilancia, horarios de ingreso e incluso la privatización de espacios abiertos son las técnicas y dispositivos disponibles a la hora de gestionar los espacios públicos. Este proceso se da con fuerza en la localidad de Victoria (Partido de San Fernando). Aquí, los espacios públicos son escasos y están estructurados en base a una lógica de control y administración que conducen al cuestionamiento del carácter público atribuido a dichos lugares. Las costaneras de Victoria -zonas que, por infraestructura y concurrencia, constituyen los espacios públicos por excelencia de la localidad- están pensadas desde una lógica privada y privatista que restringe su condición como espacio destinado al disfrute de la comunidad. Se vuelve cada vez más urgente, creemos, replantear qué es un “espacio público”. Qué significa, hoy, un “espacio verde”. Sustentándonos en el material empírico producido a lo largo de dos años de trabajo de campo -y enfocándonos particularmente en el análisis de las Costaneras Publicas de Victoria- intentaremos brindar una posible explicación hacia la problemática en cuestión: la reconversión de los espacios públicos en espacios restringidos, cerrados y vigilados.