Siguiendo los caminos de las estéticas modernistas radicales, Adorno desconstruyó con su Teoría Estética todas las interpretaciones del arte que lo comprenden y lo circunscriben a la “esfera del sentido”: desde aquellas que lo piensan como epifanía extraordinaria del espíritu universal, hasta las que lo reducen a un modo de la sensibilidad adaptada al mundo de la vida cotidiana. Sin embargo, en esa búsqueda que se desplaza “más allá” del horizonte del sentido, Adorno no abandonó nunca esa idea fuerte que vincula al arte con el problema de la verdad. Una y otra vez, Adorno insiste con la tesis que afirma que todo arte, para ser tal, debe poseer un “contenido de verdad”. Pues bien, en el enigma que se abre al intentar descifrar esta “verdad” que nos propone el arte más allá de la “esfera del sentido” surgen una serie de interrogantes y posibles respuestas que nos interesará desarrollar en nuestra presentación.